2013:
Enero:
Lo paso en el sur. Entero, casi.
La naturaleza pasa a ser mi casa.
La simplicidad me hace feliz. Los lagos y Rafa también.
Conozco a mi primaVera, me siento familiera.
Febrero:
Planifico mi año.
Disfruto dando clases. Tengo más alumnos y empiezo a
despertarme dos veces a la semana a las 7.30 hs.
Marzo:
Un llamado. De la supuesta nada, decido que quiero a ir Vipassana.
Me anoto y conozco a Ayi.
Me había dedicado un sankalpa, no me acuerdo si este año o el anterior.
Un mes risueño.
Aparecen los primeros síntomas de limpieza mental.
Zarpullidos en la cara. Miedo e incertidumbre. ¿10 días sin hablar?, ¿10 horas por
día meditando?
Abril:
Vipassana.
Despersonalización, toco el dolor, el sacrificio, me observo, me calmo, siento
paz, conozco a mis hermanos y hermanas.…vuelvo y me enfermo.
Dejo el sushi y me vuelvo vegetariana al 100. No tomo mas
alcohol.
Mayo:
Reconstrucción de mi personalidad. Vuelvo a elegir. Es como
un empezar de nuevo. Me enfermo, esta vez es más duro... Suelto mis planes,
dejo de controlar. Grabo. Dejo de pensar
en la mirada ajena. Soy.
Junio:
Intento hacerme vegana, pero no lo consigo. Pienso en lo
inconcluso.
Julio:
El frio me agobia. Prana en exceso. Sankaras y más sankaras.
Me siento débil y tengo fiebre después de muchos años.
Agosto:
Empiezo a recuperarme. Consigo tutora para mi tesina.
Medito, y también pienso. Releo a Marx, Foucault, Heidegger, me entusiasmo.
Saco el pasaje a India.
Septiembre:
Tomo envión con mi tesina y me obsesiono. Siento que sale
sola, aunque me frustro, y me broto nuevamente. Esta vez es peor que la
primera. Suelto y se me pasa.
Noviembre:
Vuelvo a cantar en vivo. Me gusta. Risas y más risas.
Diciembre:
Tengo un ataque de pánico en la nueva facultad de Sociales.
Decido irme de Maas Yoga. Siento
vértigo. Sueño que me muero y me cuesta liberarme de mi cuerpo. Estoy sensible y emotiva.
2014. Hola.
2014. Hola.
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