sábado, 13 de agosto de 2011

"El miedo es la forma más cómoda que encuentro de derrochar energía", pensó y repitió en voz alta mientras salía de aquel bar del chino, tras risas, algunos besos y alcohol. Se puede perder energía, esquivándola, desviando su curso natural e independencia solamente con conversaciones interas, breves, de segundos, que ponen en marcha todo el proceso destructivo poiético. Decidió sentarse en el cordón de la vereda y cuestionarse la sucesión de hechos que acababan de ocurrirle. No podía creer que todavía seguía existiendo tal diferencia entre lo que sentía, pensaba, y finalmente decía, ergo, hacía. Pasaba por un sistema de metamorfosis que confundín finalmente su verdadera esencia intencional. Hay personas que piensan demasiado, otras impulsivas que relegan el pensamiento, y otras que de tanto pensar, parecen no estar pensando, se vacían de pensamiento. Es decir, la racionalidad se pierde en un hilo infinito de causas,efectos,estrategias,y suposiciones. Ella pertenecía a este grupo de personas, claramente. Esa noche, sentada en la vereda, al querer deshacerse de toda esta red de asesinas imágenes traicioneras, lo único que hacía era acrecentarla. Le dijo..."no sé si quiero que vuelvas a llamarme". Textuales palabras. Movida por el miedo, comenzó a sentir los índices del llanto violento. Sin embargo, lo contuvo, con el pensamiento obvio, y sólo sintió en los ojos una humedad excesiva que terminó recorriendo solo tímidamente su mejilla derecha. Otra vez, envuelta en las trampas de esa mente. Desesperada, como si estuviera en una persecución de asesinos, encontró una vez más la forma de callarla. Un taxi pasó lentamente a su lado, con All I want de Joni Mitchell desde su cabina, que se presentaba estrepitósamente con un alto sonido inusual. Se hundió tan rápido en esa voz perfecta y fundió en su canto, tan propio y ajeno a la vez. Ya siendo las 6 de la mañana, una hermosa mariposa se posó en su índice derecho. La miró, admirándola y encontró solo la vida, la ternura, su perdón y armonía. Dejó de pensar. Fue inmensamente feliz, aunque ese momento solo durara esos 5 segundos. Bastaban para recobrar el sentido de la merecida estadía en esta tierra siendo ella. Tan guerrera, miedosa y fria como era.
Miro al cielo, ya dispuesta a volver a su casa, y en voz baja repitió dos veces,-"gracias por esta oportunidad".