miércoles, 7 de octubre de 2009

Tenés 7 años.

En un soplido de aire fuerte, se llenó de nubes Buenos Aires. Super Toto se enojó y convirtió el cielo azul en gris, invocó una tormenta con relámpagos brillantes e incandescentes, la lluvia inundó las calles hasta que tuvimos que salir en barco al almacén, al colegio. Te va a buscar en medio de una pelea de monstruos, durante esa pesadilla que te hizo despertar sobresaltada una noche de verano en la costa. Super Toto te hizo cosquillas hasta hacerte doler la panza por el movimiento torpe de sus enormes manos y cuerpo peludo. Te subió arriba de sus hombros y oliste las estrellas...Consiguió que pasaras la tarde entera contando autos de colores para después convertise en duendes. Empapeló paredes con fotos de ositos cariñosos prometiendo que te cuidarían silenciosamente en su ausencia; fue hasta el sol a pedirle de rodillas que saliera el día de tu cumpleaños. Desde que te levantás hasta que te vas a dormir, él acaricia tus ojos, te comparte su poder, para que sientas lo imposible, posible. Sólo necesitás llamarlo y él aparecerá sobrevolando tus sueños.

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