martes, 20 de octubre de 2009

siento, luego existo

Casi noventa rayas, líneas paralelas,
vértices concatenados, contiguos en un vacío silencioso,
explosiones de súbitos sentidos desordenados,
un segundo de direcciones mal anotadas, de errores errados, no reconocidos,
encontrarse indefenso en un mundo malcriado,
gotas sudorosas, casi imperceptibles, recorren las células de la piel, de las manos, el cuerpo hasta calar el pecho y llegar al alma,
cansacios fijidos, una talasemia, jaquecas y olores desconsiderados,
sentir para existir,
existir para gozar,
gozar para explotar y explotar para vivir.

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