jueves, 18 de noviembre de 2010

Pedido

No me lo decís,
mañana, quizás sí,
todo por mí, no.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una moneda, dos lados, dos escritos… uno para ti.
Cara o sello dos opuestos, de increíble y simétrica concurrencia. La aparición de uno de sus lados no implica que este sea el preludio de su opuesto, tal vez al final de igual. En promedio será más o menos lo mismo. No importará que le quieres confiar a la cara o al sello, el experimento (en manos no inexpertas) de confiarse al azar resulta divertido.
La expectativa crece, la mente se libera, un breve instante de calma donde nos concentramos en algo completamente ajeno a nosotros; casi como un instante de silencio en medio del trafico de medio día, un golpe de suerte y un permanente tono agudo que acompaña hasta el final, un pequeño baile, una corta travesía y un golpe seco contra el mundo. ¿Cara o sello?
Recuerdo una tímida sonrisa, una sonrisa que se desconoce un poco. Unos hoyuelos que se pronuncian, miro tus ojos y rio. Una carcajada violenta y una sinceridad que desgarra de golpe, me intimida. Un ritmo estúpido pero contagioso, desafiante. Para ser concreto una oda a la exaltación de mis sentidos.
Las primeras luces del alba, un Rock n’Roll en el fondo, ya no hay mucho que decir, pero tantas cosas dejadas atrás… los ligeros rayos de sol parecen prometer cosas nuevas y creo que al final con eso basta.